UN MARTES URBANO

 

(A Rober)

Aprovechando mi tiempo nuevo y teniendo en cuenta la necesidad de controlarlo, pues si no se escapa con bastante facilidad por las rendijas de la monotonía, he estado los martes en contacto con la naturaleza, recuperando gran cantidad de sensaciones arrinconadas en el desván de mi memoria.

Una de las ventajas de este tiempo nuevo es poder flexibilizarlo, tener gran maniobra de improvisación- que para mí es importante- y sobre todo poder utilizarlo para el aprendizaje. De esta forma, este martes lo convertí en urbano gracias a Rober y así  poder asistir por primera vez a la lectura de una tesis doctoral.

Recorrer la distancia de C. Rodrigo a Madrid esta mañana de enero constituyó un viaje placentero, buena compañía, un paisaje inusual para ser enero, verde, con regatos con caudal abundante, valles soltando agua, sembrados con marojo apetecible para el ganado…

Pasado el túnel, divisamos la ciudad sin su boina de contaminación, metiéndonos de lleno en otra civilización, donde el coche y la prisa conviven desde hace demasiados años, abriéndose paso muy lentamente la bici. Pero afortunadamente somos individuos con recursos para adaptamos bien a la variedad de situaciones, pronto fuimos absorbidos por la vorágine de coches y la vitalidad de la ciudad sin demasiadas reticencias.

Escoltado por los cuatros lados por tus semejantes, bajando por la autopista hacia la Puerta de Hierro, parece que bajas por un tobogán que te energiza para adentrarte en el gran bullicio de la ciudad. Subiendo por Sinesio Delgado, las 4 torres que

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Las cuatro torres desde la Facultad de Medicina

nos servían de GPS en la distancia, se nos aparecen de golpe majestuosas, impresionan como cuando en un supermercado coincides con jugadores de baloncesto. Pocos edificios a su alrededor le hacen sombra. Pienso en este momento en los artistas que en sueños habrán pensado utilizar estas torres para satisfacer sus delirios artísticos. No estarían mal ahora que los carnavales se aproximan, vestirlas de brujas gigantes, con sus capas volando al viento, para ahuyentar para siempre la boina que de vez en cuando oculta la ciudad. Todo un espectáculo plástico.

Detrás, escondida tras las torres, está La Paz, bonito nombre para un hospital, que arregla más de un conflicto del cuerpo y de la mente. Al lado la facultad de Medicina de la Autónoma: nuestro destino.

Si todos los viajes tienen una dosis de aprendizaje, éste ha sido especialmente educativo y emotivo y creo que es importante que sepamos de qué va esto. Aunque impresiona el acto, lo que realmente mi impactó fue el enorme trabajo y esfuerzo que ha realizado Rober para llegar esta mañana hasta aquí después de cinco años y contarle al tribunal una minucia de su gran investigación sobre el médico argentino René Fabaloro.

Reconozco que durante muchos años he estado en una burbuja, viviendo y bebiendo de una realidad, la realidad educativa de un colegio de infantil y primaria, que tiene otros tiempos, otros ritmos, otras formas , tan distintas de otras realidades que en este país aún no han abierto sus ventanas para escuchar el ritmo de la gente sencilla de la calle.

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Rober exponiendo su tesis ante el tribunal

 

 

Y es así como esta mañana urbana, me impresiona la puesta en escena de un acto tan ceremonioso, que debía ser bastante más cercano, más humano, más emotivo, de reconocimiento de un trabajo muy bien hecho, de un trabajo extra de un médico comprometido con la sanidad pública, con sus pacientes, su familia, que además le ha exprimido muchas horas a su tiempo para recopilar este libro que asusta.

Gracias Rober por habernos dado la oportunidad de escucharte, por sentir cómo transmites tus claras convicciones, por conocer a un personaje desconocido para la mayoría, incluso de los que os dedicáis a la medicina, para ti MEDICINA con mayúsculas, la medicina social.

Si disfruté con tu exposición resumen, me encantó tu defensa ante el tribunal, a pesar de tener que reprimirte, pues te conozco lo suficiente, debido al excesivo encorsetamiento del protocolo. Tienes una cabeza prodigiosa, te acompaña una oratoria de político ya bregado en muchos debates y eso hace que tus profundas convicciones sobre la Medicina, Filosofía, Psicología, Sociología, Economía,.. lleguen tan claros al interlocutor y a los que te escuchamos. ¡Qué pena que no hayamos sido bastantes más!

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Las caras lo dicen todo, un éxito al esfuerzo.

 

 

Hoy has sacado sobresaliente cum laude en la tesis, yo te daría otro más en oratoria para que te animes ante el nuevo reto que te has planteado este curso.

Creo que cuando estuviste en el rotatorio en Bariloche, dejaste en tan poco tiempo tu impronta de compromiso social y alguien te dijo que le recordabas a Fabaloro y que ahí surgió la llama de esta extraordinaria lección que nos has dado. Con este título que has conseguido hoy eres más doctor académicamente, pero desde que terminaste medicina has sido doctor al cuadrado cuando atiendes a tus pacientes con cariño, cuando luchas por la sanidad pública, cuando sacas tiempo de tu tiempo para atender al que te lo pide, cuando investigas y te formas, y es tu calidad humana la que hace que seas DOCTOR con mayúsculas.

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Al final ¡a disfrutar!

 

Tienes mucho camino andado llevando a la práctica- qué difícil es para algunos llevar la teoría a la práctica- la filosofía de Fabaloro, ahora te queda ampliarl0, tienes mucho recorrido.

 

 

 

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