Qué bonito es aprender (contigo)

A nuestro abue

Siempre que nos veíamos teníamos algo que contarnos. Me repasabas la historia de España a través de tu vida, destacando la cantidad de acontecimientos importantes que habías vivido, empezando con la dictadura de Primo de Rivera.

Me has ayudado a relativizar mis pequeños problemas de la vida actual, contándome los que tú has tenido que afrontar, haciéndome ver, como el mejor profesor de historia, la importancia del pasado para entender el presente y encarar el futuro.

Hemos hablado de política, has tratado de pronunciar la palabra encina en latín y abuelo en inglés. ¡Te has sorprendido con tantas cosas! Siempre acompañado de ese «parece mentira», «¿de verdad?», y tu favorito: «qué bonito es aprender».

Hemos hablado del origen de la vida metidos en el coche mientras mi padre hacía la compra. Con un globo terráqueo, he tratado que entendieras por qué se hace de noche cada día. Siempre has sabido el punto exacto donde vivía y has disfrutado repasando las calles de los lugares a los que iba en Madrid.

Hemos hablado por el móvil mientras te maravillabas con los avances tecnológicos, he tratado de explicarte (sin éxito) cómo funciona Internet, hemos tenido una buena conversación mientras estaba subida en una colina perdida de una granja de Inglaterra, nos hemos enviado audios de voz a través de Whatsapp en mi último viaje a Japón.

Has viajado conmigo siempre, consiguiendo que ahora me interese por la agricultura de los países a los que viajo, «si tienen vacas» o que trate de averiguar «de qué vive la gente».

Hemos hablado de tantas cosas… y me has enseñado más. Recuerdo la ilusión porque el primer coche que condujera fuera el tuyo y tu pasión por conducir. Cuando las piernas ya no te permitían hacerlo, siempre disfrutabas del recorrido, de copiloto, a mi lado.

Hoy cuando te despedía,  he hablado con mucha gente de ti, incluso a personas a los que desconocía pero cuyo vínculo en común eras tú. Y he disfrutado sabiendo que todo esto que hacíamos, lo compartías con todos los demás, que era tu forma de ser, lo que te diferenciaba de los demás, uno de muchos de los motivos por los que todos te queremos.

Alicia